Es jueves en la noche, estoy sentada en un sillón de mi sala con la compu sobre mis piernas mientras afuera llueve y hay una reunión de personas de mediana edad (mis padres y sus amigos, jeje) compartiendo risas, charla y unas cuantas cervecitas...
En noches como esta, con este clima valdría la pena repetir esas conversaciones que marcaban época, cuando las cosas parecían ser tan simples pero tan complejas al mismo tiempo... como recordar cuando tenías 16-17 años y no veías la hora de salir al mundo a probar fuerza y convertirte en la persona que querías ser. Años después estamos aquí un poco más definidos (tampoco han pasado tantos años) y aún esperando el arranque de esa vida que hemos planeado en nuestra cabeza tanto tiempo.
Ya no somos los mismos... bueno sí, pero no. La esencia no cambia. Otras cosas sí lo hacen.
Esas tardes en el centro, en una mesa de la terraza del Victory con un buen café, cigarros y compañía no importaba nada más. Análisis precoces de la vida, perfecta sabiduría adolescente, planes armados con la seguridad de que imposible es nada... qué tiempos!
Ahora, un poco más maduros la cosa va cambiando. Ya tal vez no es el Victory ni tampoco tardes enteras. El análisis ya no es tan precoz, la sabiduría ya no es adolescente sino adulta (joven, pero adulta al fin) y la seguridad de que imposible es nada, bueno, esa creo que está casi intacta.
Han ido y venido ideas, experiencias, personas, planes... en fin, una sarta de cosas que se añaden a quiénes somos, que llevamos con nosotros a todas partes para reconocer qué vamos viviendo de nuevo cada día...
Hace rato mientras me duchaba se me vino a la cabeza 'Higher Ground', la versión de los Chili Peppers de la canción de Stevie Wonder, y me trajo recuerdos de noches de rock que hace tiempo no repito... además de que la letra es un espectáculo, simple pero un espectáculo... tiene una fuerza increíble...!
Recordar es bueno. Así no olvidamos quiénes fuimos o quién está dentro de nosotros... por ahí anda ese ser adolescente esperando cumplir con sus planes y esperando hacer las cosas que todavía no hizo porque las cosas van cambiando y los caminos se rodean.
Bueno, es hora de ir a dormir... sigue lloviendo afuera, las voces ya callaron, mañana hay que trabajar todavía... siguen las rutinas de adultos que tenemos que cumplir con horarios y demás cosas de 'gente grande' aunque por dentro todavía querramos aferrarnos a ese toquecito que se nos quedó de la fase experimental de cuando descubríamos quiénes éramos, somos y seremos siempre en nuestro corazón...
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